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Wednesday, May 18, 2011

NO VOTAR A LOS PARTIDOS TRADICIONALES.

(Votar a los partidos pequeños,  emergentes y nuevos es el voto más útil en democracia real).

“Democracia Real o Real Democracia”  ¿Alguien sabe lo que queremos?   ¿Por qué se moviliza ahora la gente y toma la calle? ¿Cómo podemos influir con nuestro voto para su consecución ahora que tenemos el arma de las redes sociales?

Recogemos ideas de los foros. ¿Que se dice? 

1.-Contra la dejadez y el aburrimiento que invade nuestra democracia.

2.-...pues vivimos, queremos algo nuevo.

3.-Queremos una reforma de carácter colosal.

4.- que los diputados a las Cortes Valencianas se reduzcan a la mitad porque no podemos gastar tanto.

5.- Que se suprima el senado, los privilegios y los gastos.

6.- Hay que invertir en cosas productivas.  Apoyar y arriesgar en nuevas iniciativas.
 
7.- Unificación de todas las televisiones autonómicas.

8.- ¿A quién hemos puesto al frente del FMI... para resolver la depresión global,  y los usos financieros del mundo...? Un vendedor del mercadillo de Entrevías lo haría mejor.

9.- El paro debe terminar. La corrupción también.  

10.- Democracia real:  LISTAS ABIERTAS. No a la manipulación que hacen los partidos.

11.-”Es una crisis de todo, de la ética, de la moral, de valores, de respeto, de humanidad...”

12.-”Exigir la igualdad ante la ley, sin ciudadanos de primera y de segunda. ”

13.-”Las decisiones residen en el pueblo que ha de elegir directamente, es decir, democracia directa…”

14.- Fuera privilegios para los dirigentes, políticos, empresarios o terratenientes.
 
15.- Tanto trabajas,  tanto cobras.
 
16.- Justicia real, global y universal.

17.- Basta de mentiras. Las redes sociales no admiten mentiras

18.- No al bipartidismo. Votar a cualquier otro que no sea del “status quo” establecido.

19.-Nuestra lucha es por llegar a fin de mes.

20.-Nuestra lucha es por poder establecerse, independizarse y crear una familia con un mínimo de dignidad.

21.- No votar a los partidos mayoritarios.


          Parecen grupos anarquistas: ni dios,  ni patria,  ni rey, ni señor, ni amo, ni dueño, ni explotador… Todo se cuestiona. Es la duda metódica o cartesiana... Es como la destrucción previa a la construcción de una obra nueva.


         Tampoco queremos líderes, ni visionarios que quieran aprovecharse  del primer movimiento social para imponer su teoría. Estos han sido siempre los ganadores. Los pescadores en río revuelto.  Esta vez no debe ser así.

 

            Si las cosas se cuestionan es porque todo es cuestionable. Nada es verdad ni mentira. Nadie está en posesión de la verdad. Y si hoy estoy un poco acertado, nada me garantiza que mañana no  me equivoque.   


         Las grandes estrategias de manipulación de la “masa” se han ido por los suelos. Las redes sociales, internet... nos da información viva, en directo, no filtrada ni maquillada. Porque todos contribuimos.

         Hoy podemos ser activos e ir a la búsqueda del representante que ofrezca ideas nuevas y sugerentes.

         ¿Donde han quedado  todas esas estrategias que usaban los medios para manipular a la población?  Esa de la distracción para  minimizar  los problemas importantes mediante una lluvia de informaciones insignificantes; aquella de la creación artificial de problemas; esa otra de ir recabando gradualmente  concesiones; difiriendo; tratando al público como criaturas de corta edad; manejando el aspecto emocional contra el racional y ofreciendo información recortada o parcial trasfiriendo la culpabilidad a la ciudadanía. Etc.  

         Ahora, esos mismos medios,  se arrastran para conquistar cuotas de audiencia en una lucha que ya no es de pura competencia con otras, sino de guerra contra unos nuevos canales abiertos y libres… más bien brechas y fallas en sus sistemas  que no consiguen controlar.        

         El marroquí empieza a cuestionarse la legitimidad de una monarquía absoluta que se enriquece  detrayendo bienestar del pueblo; el libio ha dejado de creerse esas sublimes teorías de líderes visionarios que no dudan en amarrarse a cualquier ala radical-política que les mantenga en el poder unifamiliar;  los tunecinos, los egipcios, los iraníes, los sirios… están despertando.  

         También las “democracias” occidentales se preguntan que si vivimos en un mundo imperfecto ¿por qué vamos a creernos que nuestro sistema lo es? ¿Quién ha dicho que  algo no sea mejorable? ¿Por qué hemos de tragar y convivir con injusticias  tal palpables y manifiestas?
 
        
Importa que un altísimo porcentaje de la riqueza esté inmovilizado en manos privadas, o que un altísimo porcentaje del territorio esté bajo el control exclusivo de minorías, pero importa más la injusticia que deriva de este hecho. Importa hasta que punto el “responsable” (sea propietario, administrador, político, directivo,....) de un activo, un recurso o un capital tenga que tener “poder” sobre las personas que usan, comparten,  emplean, colaboran,  utilizan, intervienen,  aprovechan, o necesitan ese recurso. Interesa más la justicia y la definición de compartición y administración de recursos.

            Interesa tener administradores de recursos que sepan gestionarlos para sacar de ellos el máximo provecho para la mayor parte de la población, no para sí mismos.

         Interesa un control social (global) sobre todo lo que haya quedado  improductivo u obsoleto; como bien de recreo de minorías con exclusión  o en detrimento de la mayoría.  

         Interesa, por último, tener en cuenta que también hemos de vacunarnos contra nosotros mismos,  porque la sociedad contemporánea es muy propensa a las alergias. Al final siempre sale uno de nosotros que, habiendo aportado su pequeño granito de arena en el proceso de renovación,  acaba creyéndose protagonista, líder y guía espiritual. O sea, un visionario más.     

            EL voto más útil es el que va  hacia ese pequeño partido que ha tenido las agallas de enfrentarse a la maquinaria oficial para ser oído, porque algo nuevo tiene que decir.  

            ¿Alguien los conoce? Seguro que no.  Pues podemos hacer lo siguiente: borramos todos los conocidos, los “de toda la vida”  y leemos solo las propuestas de los que nos resulten completamente nuevos. Ahí estará nuestra elección.  Con ello también neutralizamos las campañas mediáticas  oficiales que sólo  financian la propaganda  de los partidos tradicionales.
    
                        Votar a los partidos pequeños. A los que no tengan posibilidad de salir. Ese es el voto más útil.          

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